El ex ministro de Economía Aldo Ferrer alertó sobre la
necesidad de estructurar políticas de largo plazo y también sobre el peligro de
no caer en los mismos errores del pasado, durante las Jornadas Monetarias
organizadas por el Banco Central.
Ferrer, quien resaltó los cambios de políticas y de
pensamiento de la última década en nuestro país, llamó también la atención
sobre evitar una repetición de la relación centro-periferia tan criticada por
la escuela del desarrollismo de la Cepal, en esta nueva etapa donde los países
asiáticos se constituyen en nuevos centros capitalistas en el planeta.
Tras resumir la historia de las economías latinoamericanas
desde su independencia política, a la que resumió como “una experiencia no
positiva” desde el punto de vista de los logros en el desarrollo económico y la
inclusión social, Ferrer dijo que “los nuevos desafíos planteados por la
globalización de hoy siguen siendo los mismos que los planteados por la de
ayer”.
“La emergencia de nuevos actores, un hecho extraordinario,
de un grupo de países asiáticos emergentes que han logrado salir del
subdesarrollo y convertirse en potencias económicas, nos plantea tener cuidado
para que esta nueva situación no nos termine colocando en la misma posición
subordinada de nuestras naciones en el siglo pasado”, dijo Ferrer.
En un panel dedicado a los “Nuevos desafíos para las
políticas de Desarrollo”, también expusieron otros tres destacados economistas
de la región y de India, quienes se centraron en los aspectos macroeconómicos y
financieros que plantea la tarea de modernizar y elevar las economías de
América latina.
La primera exposición de estas jornadas fue del economista chileno José Gabriel Palma, de
la Universidad de Cambridge, para quien “ni Chile ni el resto de los países de
América latina han logrado superar” el diferencial de productividad que los
separa de Estados Unidos y de los países desarrollados.
“Mientras los países asiáticos han logrado ir cerrando la
brecha que los separaba de Estados Unidos, Chile y el resto de países de
América latina que tuvieron un gran crecimiento en los ´90 no han logrado
sostener ese proceso en el tiempo y eso es lo que los diferencia de aquella
región”, explicó Palma.
“Corea del Sur, por ejemplo, cierra la brecha con velocidad
y aparece claro que en todos nuestros países donde fallamos es en que no somos
capaces de sostener el crecimiento en el tiempo, de lograr un crecimiento
similar a los asiáticos”, afirmó.
En este sentido, graficó que “en Chile, en 63 años ganamos
cuatro puntos porcentuales con respecto a Estados Unidos en término de la
productividad. Si se continuara a este ritmo, nos harían falta 1.000 años para
alcanzar el nivel de productividad del país del Norte”, enfatizó Palma.
“En el resto de América latina ocurre lo mismo, en los tres
gigantes, es decir, Argentina, Brasil y México, ya que mientras los países de
Asia han conseguido en apenas 50 años acercarse al nivel de productividad de
los más desarrollados, aquí la tasa de inversión está estancada”.
En el mismo sentido se orientó el economista indio Amar
Bhattarcharya, del Grupo de los 24 (G-24), aunque de manera más matizada ya que
consideró que “atravesamos un momento de cambio impulsado por las
modificaciones del último cuarto de siglo donde los países en desarrollo han
adquirido una gran participación en la economía global”.
Así, destacó que los cambios habidos en las posiciones
relativas de los países en los rankings internacionales, subrayando el papel de
China y los avances de India, Rusia y Brasil, así como el crecimiento promedio
del 5% anual alcanzado por 100 países emergentes en el período anterior a la
crisis mundial iniciada en 2007-2008.
El economista indio se interrogó sobre las causas últimas
del largo ciclo de crecimiento de los precios de las materias primas en los
mercados mundial, e hizo referencia a las explicaciones que ligan el fenómeno
al aumento de la demanda de los países asiáticos o el papel de la financiación
especulativa.
Sin embargo, admitió que “existe incertidumbre sobre este
tema y, sobre todo, en relación al futuro de las commodities, tan importantes
para los países emergentes y en desarrollo, incluidos los de América latina”.
Amar indicó, asimismo que “la política de swaps en los
países desarrollados durante la crisis, así como las políticas monetarias expansivas
en general” han sido claves en la contención de la crisis mundial, señalando
que lo hecho por la Reserva Federal con relación a Gran Bretaña evitó “una
quiebra del sistema financiero” de este último país.
(Radio Nacional)