Una aplastante mayoría dijo "sí" a la
independencia en una consulta simbólica que pretende forzar una negociación con Mariano Rajoy para finalmente realizar un referéndum
oficial.
Cecilia Guardati
Estaba previsto que los resultados se dieran a conocer
recién mañana, pero el gobierno catalán anticipó pasada la medianoche el
escrutinio "casi definitivo": un 80,72% de los votantes se
manifestaron a favor de la opción "sí-sí", es decir, la secesión.
Aunque la opción favorable a la independencia fue claramente
mayoritaria, votó menos de la mitad del censo electoral, ya que con el 88,44%
de las mesas contabilizadas, la partición fue de 2.043.226 personas, se informó
oficialmente.
"Que nadie olvide, y menos el Estado español, que
Cataluña se quiere gobernar a sí misma", remarcó el presidente catalán,
Artur Mas al hacer la primera valoración pública de la jornada que, dijo, fue
un "éxito total" y una "lección de democracia".
"Cataluña se merece un referéndum legal y
vinculante", añadió, en la misma línea que se pronunció tras votar en el
centro de Barcelona, en un día que será recordado como un hito para el
soberanismo catalán.
"Que nadie olvide, y menos el Estado español, que
Cataluña se quiere gobernar a sí misma"
Artur Mas, presidente catalán El presidente catalán, no
obstante, lamentó las "primeras reacciones en Madrid que hayan sido, una
vez más, de miopía y de intolerancia" y, en ese sentido, solicitó
"ayuda" internacional para lograr que una negociación y acuerdo con
el Ejecutivo central.
El gobierno de Mariano Rajoy, a través del ministro de
Justicia español, Rafael Catalá, había afirmado pocas horas antes que la
votación del 9N (por la fecha de hoy) era un "acto de propaganda política
sin validez democrática; un acto estéril e inútil".
Además, remarcó que el presidente catalán renunció a
"cualquier apariencia de neutralidad", al convertirse en "juez y
parte del proceso". En ese sentido, restó valor a cualquier recuento de
votos, porque "no se puede comprobar".
Los colegios electorales abrieron sus puertas a primera hora
de la mañana con total normalidad, pero en medio de un clima de incertidumbre y
tensión por el temor a la llegada de una decisión judicial que ordenara a la
policía su cierre.
Ante la ausencia de noticias al respecto, la calma y el
clima reivindicativo se apoderaron pronto de la jornada, en la que los
catalanes tuvieron, por primera vez, la oportunidad de expresar en las urnas su
opinión acerca de la posibilidad de que Cataluña se separe de España.
"Esperaba esto desde muy pequeño y tengo más de 70
años. Voté sí/sí y espero que si no nos nos escucha Rajoy, alguien nos escuche
en Europa o en el mundo. No pierdo las esperanzas", señaló a Télam, Joan
Andilla, vecino del barrio gótico de Barcelona.
"También voté sí/sí, porque no tengo nada que perder,
creo que los jóvenes somos mayoritariamente partidarios de la independencia
porque queremos un cambio, explicaba Ana Aliar, una joven de 16 años del barrio
de Gracia, que se estrenó como votante y quien, ante una consulta oficial, dice
que no está segura de mantener su voto separatista.
La consulta fue
apoyada por figuras célebres como el ex entrenador del Barcelona, Pep
Guardiola, quien tras votar afirmó que "hoy es un paso muy importante y me
hace mucha ilusión formar parte de eso".
"¿Quiere que Cataluña sea un Estado? En caso
afirmativo, ¿quiere que este Estado sea independiente?", fue la doble
pregunta que debían responder los cerca de 5,4 millones de catalanes llamados a
votar, un número más elevado que el último censo electoral, ya que incorporó a
los jóvenes de 16 y 17 años, y a los inmigrantes residentes en la región.
Si bien todo apuntaba a que no se produciría un situación
extrema que hubiera dado una imagen "antidemocrática" al gobierno de
Rajoy, la tranquilidad total no llegó hasta tres horas del cierre de los
colegios electorales.
A esa altura de la jornada, varios jueces de guardia
notificaron que rechazaban por “desproporcionadas” las medidas cautelares
solicitadas por distintas organizaciones antisoberanistas y ciudadanos
individuales que pretendían truncar la votación pidiendo la retirada de las
urnas.
"¿Quiere que Cataluña sea un Estado? En caso
afirmativo, ¿quiere que este Estado sea independiente?", fue la doble
pregunta En la víspera de la consulta, la Fiscalía del Tribunal Superior de
Cataluña, a solicitud del Fiscal General del Estado, ya había abierto una
investigación para determinar si la cesión de locales públicos para la votación
constituía un delito, debido a la suspensión judicial de la consulta dictada
por el Tribunal Constitucional (TC) español el pasado martes.
Sin embargo, en sus informes entregados hoy a los juzgados
de guardia que tenían en su poder denuncias que amenazaban la consulta, el
Ministerio Público se pronunció en contra de la retirada de las urnas, así como
de la detención de los organizadores.
El presidente catalán, además, se había erigido como el
principal defensor de la consulta.
“El responsable soy yo y mi gobierno. “Saben perfectamente quiénes
somos”, sentenció en referencia a la amenaza de la Justicia.
Además, garantizó que la policía catalana no identificaría a
los ciudadanos que estaban participando en la gestión de la votación.
Desde hace casi un año, la fecha de la consulta estaba
marcada en rojo en el calendario del presidente catalán, quien se juega su
futuro político en este proceso, cuyo escenario más probable a mediano plazo es
el de las elecciones regionales anticipadas, exigencia que reiteró hoy su
principal socio independentista, el líder de Esquerra Republicana de Catalunya
(ERC), Oriol Junqueras.
(Télam internacional)