La iniciativa tiene la firma de 69 diputados de todos los
bloques. Durante más de cinco horas se escucharon argumentos políticos y
religiosos. "Es una deuda de la democracia", dijo Adela Segarra, del
Frente para la Victoria.
Informe de Lucía Álvarez
SIN DICTAMEN
El debate por la legalización del aborto volvió al Congreso.
Apenas un mes después de la sanción del nuevo Código Civil y Comercial, la
Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados se reunió ayer para
discutir el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que fue
presentado por quinta vez y tiene las firmas de 69 diputados de todos los
bloques. La jornada duró casi cinco horas y contó con argumentaciones
políticas, religiosas y de técnica jurídica de más de 30 legisladores
nacionales y especialistas a favor y en contra de la propuesta. "Es una
jornada histórica porque le estamos dando tratamiento por primera vez y porque
es una deuda de la democracia", señaló la diputada del FPV, Adela Segarra.
Sin embargo, y a pesar del pedido de varios diputados de dar
dictamen, no se pudo avanzar en la votación porque la presidenta, Patricia
Bullrich, extendió la falta de quórum de una reunión que esa misma comisión
tuvo con otro temario a las 15, dos horas y media antes de la cita para tratar
el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y
Gratuito. Margarita Stolbizer objetó la maniobra e indicó que se trataba de un
debate impuesto por la sociedad, lo mismo que Estela Díaz, representante de la
Campaña. Sin embargo, la diputada Bullrich responsabilizó a los integrantes de
la comisión por el malentido.
La presidenta abrió el encuentro planteando como condición
"un debate civilizado". Le hablaba a un auditorio dividido en dos:
las militantes del proyecto de un lado de la sala, los representantes del
fundamentalismo religioso, del otro. Es una advertencia siempre presente. Pero
ayer, como en audiencias anteriores, no hubo escándalos, ni roces, salvo
algunos intercambios subidos de tono, historias para sumar al anecdotario. Una
mujer que cortaba fotos de niños de una revista de costura o la diputada
Araceli Ferreyra que habló de curas pedófilos y se negaba a pedir disculpas:
"Que la Iglesia le pida perdón a las mujeres por todo lo que les
hizo", decía mientras arengaba con un pañuelo verde de la Campaña.
Uno de los argumentos más contundentes fue el del diputado
Manuel Garrido, de la UCR, quien pidió no forzar las interpretaciones de los
pactos internacionales como la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el
Estatuto de Roma o la propia Constitución argentina en defensa de los derechos
del niño por nacer, un argumento clásico de los especialistas autodenominados
"pro-vida". "No hay que hacerle decir al derecho lo que el
derecho no dice, necesitamos un análisis más profundo. La Constitución Nacional
no dice nada sobre la protección del embrión. Así como tampoco tiene nada que
ver el nuevo Código Civil. Necesitamos generar un debate autónomo",
indicó.
Lo siguió el diputado Leonardo Grosso, con un argumento más
peronista: "Es una realidad efectiva, como dice la marchita: mueren miles
de mujeres por abortos clandestinos y no es necesario que miremos fuentes, hace
falta conocer el barrio. La política está para hacerse cargo de los problemas
del pueblo y este debate no empezó con nosotros acá en el Congreso. La Campaña
es una muestra de eso y los Encuentros nacionales de mujeres que juntan a
compañeras militantes de todo el país, también. Seamos menos ególatras y asumamos
la responsabilidad política que nos toca. La derecha se escuda en la prevención
y se dice muy democrática, pero cuando hay un problema concreto, le manda a la
policía a las mujeres pobres." «
"NO UNA, SINO DOS VIDAS"
La Conferencia Episcopal Argentina difundió ayer un
documento titulado " El aborto nunca es solución. La Vida es un Derecho
Humano Fundamental" en el que vuelve a fijar su posición sobre este tema.
"Ante la posibilidad del tratamiento en el Congreso Nacional de proyectos
que buscan despenalizar el aborto, queremos recordar y poner al servicio de
toda la comunidad, especialmente al Poder Legislativo, las últimas reflexiones
que hemos formulado sobre este tema –comienza la declaración–. En continuidad
con las enseñanzas de Jesús, sostenemos el valor de toda vida humana, pero nos
sentimos especialmente llamados a cuidar y promover la vida frágil, expuesta o
en riesgo (...) Sabemos, porque la ciencia así lo demuestra, que la vida humana
comienza desde el momento de la concepción, en la que se configura un ser
humano nuevo, único e irrepetible (...) Cuando una mujer está embarazada, no
hablamos de una vida sino de dos, la de la madre y la de su hijo o hija en
gestación. Ambas deben ser preservadas y respetadas."
TEXTUALES
"La penalización y el miedo al embarazo no querido
permea nuestras vidas. Cuando no he querido tener un hijo, no lo tuve, y cuando
lo he querido, lo quise con todo mi corazón. Espero tener vida para ver la legalización."
(Nelly Minyersky - abogada).
"Quienes propusimos este debate estamos convencidos de
que es urgente y es nuestra obligación que el congreso discuta en el recinto.
La propuesta es que legislación penal saque un dictamen antes del 20 de
noviembre." (Victoria Donda).