El número indica que en la Argentina ocurre un femicidio
cada 30 horas, según un estudio de La Casa del Encuentro. Los datos fueron
difundidos en el marco del Día de la Mujer, que se conmemora hoy.
Las
muertes de esas mujeres dejaron 405 chicos y chicas huérfanos. De las víctimas,
19 eran adolescentes: tenían entre 13 y 18 años.
Por Mariana Carbajal
Casi trescientas mujeres fueron asesinadas en el país
durante 2013 como consecuencia de la violencia de género. En otras palabras: se
registró un femicidio cada 30 horas. La cifra creció un 16 por ciento en
relación con el año anterior. Es el número más alto de los últimos seis años,
destacó, con dolor, Ada Beatriz Rico, directora del Observatorio de Femicidios
en la Argentina que lleva adelante La Casa del Encuentro, en
el Centro de Información de Naciones Unidas (CINU) las últimas estadísticas.
“Los números no son sólo números. Son historias de vida”, apuntó Fabiana Tuñez,
titular de la ONG, para darle cierta humanidad a tanto espanto. La expresión
más extrema de la violencia hacia las mujeres dejó en el último año 405 chicos
y chicas huérfanos, la amplia mayoría de ellos menores de edad. “Son las
víctimas colaterales del femicidio”, agregó Rico. La entidad anunció que
impulsará un proyecto de ley para quitarle la patria potestad a los femicidas
cuando tienen hijos en común con la víctima, y contó como caso testigo el de
una niña de siete años, hija de una joven asesinada por su esposo en 2008, que es
obligada por la Justicia de Jujuy a ver dos veces por semana a su padre y
asesino de su mamá.
Algunos de los datos que aporta el relevamiento de La Casa
del Encuentro son:
- En total se registraron 295 femicidios en 2013, un 16 por
ciento más que el año anterior.
- El 63 por ciento fueron perpetrados por esposos, parejas,
novios o amantes (38 por ciento) y ex parejas o ex novios (25 por ciento), una
proporción que se mantiene en relación con otros años. En el resto de los
hechos, los sospechosos o autores son otros familiares, vecinos o personas sin
vínculo aparente con la víctima.
- El 16 por ciento de las víctimas había hecho la denuncia
contra quien luego la asesina, o había obtenido en la Justicia una medida de
prohibición de acercamiento o de exclusión de hogar para el agresor.
- El lugar más peligroso sigue resultando el propio hogar
más que la vía pública para las víctimas de violencia de género: el 52 por
ciento de las víctimas fue asesinada en la vivienda que compartía con el
agresor (79 casos) o en la de ella (79 casos).
- La mayor proporción fue baleada (83 casos), apuñalada (64
casos), golpeada (37 casos), estrangulada (28 casos) o incinerada (17 casos,
dos casos menos que en 2012).
- 19 víctimas eran adolescentes: tenían entre 13 y 18 años.
- 11 víctimas estaban embarazadas.
- Un femicidio se produjo en una cárcel, durante una “visita
íntima”.
- En 15 casos el autor o principal sospechoso del femicidio
era integrante o ex miembro de fuerzas de seguridad.
- En 27 casos había además presunción de abuso sexual.
- Cuatro víctimas pertenecían a pueblos originarios, y en
sus casos hubo abuso sexual seguido de muerte.
- La provincia de Buenos Aires, por su densidad de
población, reúne la mayor cantidad de femicidios: 89; le siguen Córdoba, 31;
Santa Fe, 28, Salta y Chaco, con 16.
- En el conurbano, San Martín encabeza los partidos con
mayor cantidad de femicidios: en total el observatorio registró 6 en 2013. En
La Matanza, Lomas de Zamora y General Pueyrredón, 5.
“Lo que vemos es que cuando la mujer hace la denuncia queda
sola. Falta garantizar el acceso a Justicia, con funcionarios judiciales
especializados. Otro problema que observamos es que a las mujeres no se las
informa sobre qué pueden hacer, se la sigue menospreciando en el ámbito de los
tribunales, cuando van a denunciar”, opinó Tuñez, en diálogo con Página/12. De
los 295 femicidios, 32 de las víctimas habían realizado previamente una
denuncia contra quien luego termina matándolas; 14 habían obtenido en la
Justicia medidas de exclusión del hogar del agresor o prohibición de
acercamiento, cifras similares a las registradas en el informe de 2012.
El Observatorio de Femicidios lleva el nombre de Adriana
Marisel Zambrano, asesinada a golpes en 2008 cuando tenía 28 años en la
localidad jujeña de Palpalá por su pareja, Juan Manuel Alejandro Zerda, quien
fue condenado por el hecho “por homicidio preterintencional” a sólo cinco años
de cárcel. Es decir, la Justicia consideró que no tuvo intención de matarla,
aunque la molió a palos. Zerda ya recuperó la libertad. Y la hija que tuvo con
Zambrano, y que tenía apenas nueve meses de vida cuando la joven fue muerta,
está siendo obligada por la Justicia a ver al asesino de su madre dos veces por
semana, contó Tuñez. Este es un caso testigo que presentó ayer La Casa del
Encuentro al fundamentar un proyecto de ley para quitar la patria potestad a
los femicidas. “No es un proyecto cerrado. Queremos que diputadas y diputados
lo tomen para discutir el tema”, apuntó Tuñez. No fue el único reclamo de la
entidad. Junto con las estadísticas presentó un petitorio con un abanico de
medidas que apuntan a mejorar el abordaje del problema de la violencia hacia
las mujeres: entre otras, estadísticas oficiales, mayor presupuesto para dar
respuesta a las víctimas, que en la reforma al Código Penal no se quite el
agravante por violencia de género y la incorporación en todas las currículas
educativas de los diferentes niveles de la temática de violencia sexista (ver
aparte).
El relevamiento de entidad registra los femicidios publicados
en agencias informativas y más de 120 diarios y portales de noticias del país,
desde 2008, justamente ante la falta de estadísticas oficiales. Contabiliza los
homicidios de mujeres por razón de género, es decir, casos que no tienen que
ver con robos, secuestros u otras situaciones de la llamada “inseguridad”
urbana. “Es nuestro aporte para que algún día ninguna mujer pierda la vida por
el hecho de ser mujer”, indicó Rico. “Sabemos que no es una estadística
oficial. Pero es un piso para saber dónde estamos”, aclaró Tuñez. “Debemos
entender que la violencia de género es un tema de agenda prioritaria”, indicó.
Su erradicación, agregó, “no sólo tiene que ver con la vida de las mujeres.
Tiene que ver con una democracia más justa, más igualitaria, sin violencia
sexista”.