Se confirmó oficialmente que los restos de Alexander Mora, uno de los 43 estudiantes
desaparecidos, fueron reconocidos por
los técnicos de la Universidad de Innsbruck, Austria.
Mientras tanto, la prensa local informó que el 26 de noviembre, también en Iguala -que ya estaba fuertemente vigilada por tropas federales-, fue secuestrado a plena luz del día otro estudiante, del que hasta hoy no se tenían rastros.
Murillo aseguró que el examen genético realizado por la
universidad austríaca registró que los restos analizados tenían
"resultados positivos de un billón de veces más probable" en
comparación con el ADN de Ezequiel Mora, padre del joven desaparecido, que con
"cualquier otro individuo no relacionado".
La identificación de los restos de Mora, quien tenía 19
años, había sido anticipada anoche por familiares y estudiantes de la escuela
normal rural de Ayotzinapa, en la que cursaban los 43 alumnos desaparecidos.
Felipe de la Cruz, portavoz del grupo de padres y familiares
de los alumnos desaparecidos, dijo que la noticia les fue dada en la noche del
viernes por integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense que
colaboran con la investigación.
Al ratificarla en conferencia de prensa, Murillo agregó que
"por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto y por convicción
personal", las investigaciones continuarán hasta lograr la detención de
todos los responsables del caso.
El jefe de los fiscales mexicanos detalló que hasta ahora
hay 80 personas privadas de libertad, acusadas de detener, secuestrar,
trasladar y entregar a los alumnos de Ayotzinapa a integrantes de la
organización criminal Guerreros Unidos.
Agregó que aún se buscaba a 16 de los 44 agentes estadales y
municipales involucrados con la desaparición de los jóvenes, así como a 11 de
las 16 personas directamente relacionadas con la presunta ejecución de los
muchachos.
De la Cruz dijo anoche que las muestras para el análisis que
derivó en la identificación de Mora fueron extraídas de un pedazo de carne
hallado en el río San Juan, en el municipio Cocula, cercano a Iguala y donde se
presume que los jóvenes fueron asesinados y sus cadáveres calcinados.
"No lloramos a Alexander, su caída va a florecer en la
revolución; que sepa donde esté que vamos a hacer justicia", declaró De la
Cruz y advirtió que los familiares continuarán en lucha.
"A partir de hoy esta jornada de lucha va a continuar
hasta encontrar con vida a los 42 compañeros que siguen faltando", señaló
el representante de los padres.
El hecho ocurrió en la noche del 26 al 27 de septiembre,
cuando policías municipales de Iguala atacaron a un grupo de estudiantes de
Ayotzinapa y otro de futbolistas juveniles, dejando seis muertos y 25 heridos.
Además, detuvieron a 43 estudiantes y los entregaron a
miembros de Guerreros Unidos, que los llevaron al vecino municipio Cocula y los
asesinaron y calcinaron sus cadáveres, según confesaron tres de los detenidos.
A partir de esas confesiones, las autoridades hallaron
restos humanos que, por el estado en que estaban, difícilmente pudieran ser
identificados mediante los análisis genéticos convencionales, por lo que los
enviaron a la Universidad de Innsbruck, que desarrolló un sistema especial de
examen de ADN.
En tanto, el diario Excelsior afirmó que el 26 de noviembre,
en una Iguala fuertemente custodiada por tropas federales, el estudiante
Ezequiel Chávez, de 18 años, fue secuestrado por cuatro hombres en una avenida
céntrica, a plena luz del día y "frente a varios testigos".
Chávez, que estudia en la Preparatoria 32 de la Universidad
Autónoma de Guerrero y manifestó vocación por estudiar geología, fue subido por
sus captores a una camioneta blanca, según afirmó una vecina.
(Télam)