Hoy, 6 de diciembre,
se celebra el Día del productor y la productora de radio y televisión.
Esta fecha está íntimamente ligada a la figura de Paloma Efron, más conocida
como Blackie, considerada una referente de esta labor.
Sobre ella escribió Por Hinde Pomeraniec, autora del libro “Blackie,
la dama que hizo hablar al país”, “…fue un personaje mayor del espectáculo, una artista, una intelectual, una periodista
pura sangre. Una voz influyente de su tiempo, una empresaria, alguien que
atravesó como figura pública casi cinco décadas de una Argentina turbulenta.
Podríamos, también, decir que fue una pionera todoterreno, una persona que puso
su sello a todo lo que hizo y dijo y que se adelantó a su tiempo."
SU HISTORIA Y SU PERFIL
Nació en 1912, en Lucienville, una colonia judía de
Basavilbaso, Entre Ríos. Fue la menor de cinco hermanos de una familia de
inmigrantes de Europa del este.
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Paloma Efron "blackie" |
repertorio de gospel, junto con un impresionante conocimiento de las raíces de la cultura negra que durante años la convertiría en gran difusora del jazz en el país. Talentosa, singular e inquieta, en 1934 se presentó y ganó un concurso organizado por Jabón Federal en Radio Stentor. La premiaron por su interpretación de “Stormy Weather” (gran éxito de su admirada Ethel Waters) y además de una simpática fama, el premio trajo de regalo un nuevo nombre artístico, elegido por el público. Ese día nació Blackie, la “negrita” judía que se propuso cambiar la cultura en Argentina. La idea de viajar a conocer el lugar de origen de esa música que ocupaba sus días y sus noches ya era una obsesión.
En la tele arrancó jugando en primera, como cantante en
Tropicana al principio, luego como productora y en 1952 como directora general.
Cuentan que el día que se hizo cargo de Canal 7 entró al estudio en pantalones
y alpargatas, puteando por el clima. “¡Qué calor de cagarse! ¿Cómo aguantan?”
Esa fue la Blackie de pantalones y alpargatas para la producción dura y los
trajecitos y la bijou sonora para salir al aire o asistir a los cócteles en
donde siempre estaba atenta al socio capitalista que podría ser el alma
económica de su próxima producción.
En ese entonces surgió el personaje de género casi neutro,
rodeada de colaboradores, algunos amigos y ninguna pareja. La gran productora
de programas para las amas de casa, defensora rabiosa de los derechos de las
mujeres a informarse, a ser educadas y respetadas (“Una mujer debe tener los
mismos atributos del hombre, debe ser antes que nada inteligente, debe tener
ideas, ser comunicativa. Si es bonita, mejor. Ojo, no me gustan las que usan la
seducción para conseguir algo: la seducción es un arma artera...”).
Tanta soledad y tanto feminismo para la época dieron
nacimiento a las versiones de la Blackie lesbiana, rumores de los que ella
misma daba cuenta y se reía. El modisto Paco Jamandreu, muy ligado a Paloma por
décadas, recordó una anécdota de 1952, en el hotel San Rafael de Punta del
Este, un episodio que posiblemente haya sido el inicio de esas versiones.
Paloma estaba recién separada, necesitaba dinero y había vuelto a cantar por
una temporada. Alguien dijo que una mucama denunció que Blackie había querido tocarla.
Escándalo soto voce. “Una tontería, m’hija”, me dijo en 1994 Jamandreu
restándole importancia al hecho. “Ella estaba muy sola entonces, y cuando uno
está caliente, está caliente...”
Si se mira hacia atrás y se pone en perspectiva su obra
–sería más apropiado hablar de su producción–, habría que señalar que Paloma
integra el grupo selecto de los grandes importadores culturales argentinos.
Blackie, una suerte de Victoria Ocampo judía y plebeya con vocación popular.
Una y otra fueron mujeres con ansias de divulgar las tendencias culturales de
otros horizontes. Lo hicieron con diferencia de clase y de acceso al dinero
para producir. Mientras Victoria utilizaba su propia fortuna, Paloma siempre
tuvo que salir a buscar sponsor.
Demócrata de sangre, logró atravesar los diferentes ciclos
políticos de la Argentina con destreza, sin inmolarse pero también poniendo sus
condiciones. Cuenta Ricardo Horvath, quien trabajó con ella y fue su primer
biógrafo, que durante el gobierno de Videla, luego de firmar contrato con una
radio para hacer uno de sus célebres programas de la siesta, le advirtió al
militar interventor de turno: “Pero, ojo, en mis programas no hay prohibidos”.
No tuvo mucho tiempo para pelearse con ningún funcionario de
la dictadura. Murió el 3 de septiembre de 1977, cuando parecía recuperarse de
una cirugía de urgencia a raíz de unas úlceras.
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El cuadro de Blackie en el Salón de la Mujer |
Aunque las nuevas generaciones saben poco de su historia, su
rostro es uno de los que puede verse desde 2009 en las paredes del Salón de la
Mujer de la Casa Rosada, donde comparte cartel con Juana Azurduy, Tita Merello,
Eva Perón y Alicia Moreau de Justo, entre otras grandes de la historia, la
política y el espectáculo. La falta de archivos y registros históricos le
jugaron sucio y dejaron su imagen en tinieblas. Una vuelta de tuerca irónica para
una voz clave de la radio y un rostro fundacional de la televisión argentina.
Fuente: “Blackie, la dama que hizo hablar al país” (Capital Intelectual)