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Ernesto Che Guevara, Fidel Castro y Camilo Cienfuegos |
El 1º de enero de 1959 triunfaba en Cuba la revolución
liderada por Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista. Presentamos
la crónica de los hechos de aquel día, contada por el diario español DESTINO
el 3 de enero de 1959.
BATISTA HA PERDIDO
CUBA
No habían transcurrido cinco horas del nuevo año cuando el
presidente Batista abandonaba Cuba en un avión en el cual le acompañaban sus
más directos colaboradores, encabezados
por el presidente electo Rivero Agüero. Con este abandono del Poder se ha
cumplido la frase que pronunció Fidel Castro en el momento de desembarcar en
Cuba en el yate “Gramma”, en 1956. Ochenta hombres le acompañaban y Fidel
Castro dijo: “Sólo somos ochenta, pero derribaremos a Batista.” Sea cual fuere
el resultado de esta huida de Batista, es evidente que su vencedor moral ha
sido Fidel Castro y que los ochenta hombres que desembarcaron procedentes de
México en la playa cubana de Niqueros el 2 de diciembre de 1956 –que horas
después quedaban reducidos a doce- han sabido mantener durante dos años una
rebelión que ha pasado por las más diversas alternativas.
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Ernesto Guevara y Fidel Castro |
Fidel Castro, una gran mezcla de intelectual y hombre de
acción, es en este momento el héroe cubano y tiene tras de su personalidad de
guerrillero a toda la juventud. El movimiento “26 de julio” que encabeza ha
sido un arma eficacísima contra la dictadura de Batista. Como es sabido, este
movimiento evoca la trágica jornada del 26 de julio de 1953, en la cual Fidel
Castro, con treinta estudiantes, se sublevó en Santiago de Cuba. Fueron
derrotados, y Fidel Castro hecho prisionero. Batista, que en aquel momento se
sentía fuerte, cedió a las súplicas del arzobispo de Santiago y perdonó la vida
de Fidel Castro, condenándole a quince años de trabajos forzados, que luego
fueron conmutados por la pena de exilio. Emigrado a México, Fidel Castro
conspiró constantemente y a cara descubierta. Organizó el desembarco en Cuba al
que hemos aludido y dio una conferencia de Prensa antes de emprender la
aventura. Batista mandó un patrullero a la playa de Niqueros y allí perdió
Fidel veinticinco hombres. El patrullero abandonó desdeñosamente el yate
embarrancado en la playa, contando que el terreno pantanoso de esta playa y las
fuerzas terrestres darían buena cuenta de los restos de los aventureros.
Efectivamente, éstos lucharon contra las tropas hasta el último cartucho y solo
doce se salvaron, entre ellos, Fidel Castro y su hermano, consiguiendo llegar a
favor de la noche hasta las estribaciones de la Sierra Maestra. Y allí comenzó
esta extraordinaria aventura, cruel y romántica, que ha acabado con la huida de
Batista que, en lo que a Fidel Castro se refiere, sólo le ha perdido un exceso
de confianza, pues nunca dio la menor importancia a este joven intelectual,
católico y amante de la libertad, rebelde y tenaz, excelente orador y tipo
novelesco que había jurado no afeitarse la barba hasta que Batista estuviera
fuera del Poder. La barbuda figura del estudiante en armas ha sido popular en
el mundo entero y ha dañado enormemente el prestigio del dictador.
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Camilo Cienfuegos en las tareas de reconstrucción |
Con poca gloria acaba Fulgencio Batista su segundo mandato.
El sargento que el 4 de septiembre de 1933 sublevó a las clases de tropas y los
soldados contra los oficiales que habían derribado al inmoralísimo gobierno del
presidente Machado, acaba de caer con la misma violencia que rodeó a su
sublevación. Batista, presidente de la República de 1933 a 1944, abandonó Cuba
voluntariamente al perder unas elecciones libremente convocadas. Sus años de
presidente fueron fructíferos para él de tal modo que se le calculaba una
fortuna de cincuenta millones de dólares en el año 1952, en el que Batista dio
un nuevo golpe de Estado, apoderándose el 10 de marzo del campamento de
Columbia y del Gobierno de Cuba. Si en su primera etapa Batista fue un
presidente hábil y paternalista, en esta segunda etapa ha sido mucho más duro,
de tal modo que se ha colocado en el difícil callejón sin salida del dictador
sudamericano que pierde los nervios.
En el momento de escribir este artículo. La situación es
extremadamente confusa. El presidente Batista ha resignado sus poderes en el
general Eulogio Cantillo, siendo nombrado presidente provisional el presidente
del Tribunal Supremo, dictador Carlos Piedra. Sin embargo parece difícil que
estos personajes puedan afianzar su posición ante la violencia y la fuerza del
movimiento “26 de Julio” y ante la figura de un relieve tan fascinador como es,
para gran parte del pueblo cubano, Fidel Castro y el comité directivo “26 de
Julio”. Este comité está presidido por el doctor Manuel Urrutia, antiguo
presidente de la Sala de Urgencia de la provincia de Oriente, juez de carrera
que estuvo exiliado en Nueva York y regresó recientemente a Cuba.
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Camilo, Fidel y otros revolucionarios |
El movimiento “26 de Julio” es, socialmente, muy avanzado:
Se proyecta gravar con fuertes impuestos las tierras baldías para que los
propietarios se vean obligados a venderlas al Gobiernos que se distribuirán
entre los campesinos. Asimismo se va a fomentar la industrialización y se
nacionalizará el subsuelo, todo ello dentro de un sentido católico, pues no
hemos de olvidar el matiz cristiano de la aventura de Fidel Castro. Y sobre
todo inspira básicamente a este movimiento el amor a la libertad y la
implantación de la honestidad en la administración pública. Este deseo de
honestidad ha sido el arma principal de Fidel Castro en su propaganda y es muy
lógico que tenga a su lado a gran parte de Cuba. No olvidemos que en las
últimas elecciones presidenciales, el movimiento “26 de Julio” predicó el
abstencionismo y se abstuvo a pesar de las dificultades y las coacciones, el
sesenta por ciento del cuerpo electoral.
Sea cual fuere el porvenir político de la huída de Batista,
no olvidemos que será muy difícil, por no decir imposible que persista una
guerra civil. La existencia de Cuba depende de su riqueza azucarera y éste es
el momento de la zafra, que representa nada menos que la suma de cuatrocientos
millones de dólares anuales.
Es de desear para el porvenir económico y político de Cuba
que esta situación de inestabilidad tenga bien pronto una solución positiva que
devuelva la paz y el bienestar a esta isla, por tantos conceptos llamada la
“perla de las Antillas”.
(Fuente: Destino Nº 1117, Barcelona, 3 de enero de 1959 - El Historiador – Felipe
Pigna)