![]() |
El atentado cambió el paisaje urbano de París |
Por Mario Wainfeld
Un atentado terrorista contra poblaciones civiles genera repudios y solidaridad con las víctimas. El añadido “inocentes” fluye de inmediato aunque frisa con la redundancia: las víctimas, por definición, lo son.
La profusión de sangre es parte del mensaje de los criminales, el exhibicionismo también. Matar selectivamente a quienes piensan distinto es otro componente de la barbarie, que lastima a cualquier persona de bien. A los periodistas, que no somos más que nadie, pero sí gentes de carne, hueso y sentimientos, nos interpela un dolor peculiar cuando los mártires son colegas.
La violencia ejercida en el corazón de la Europa
comunitaria, en Francia tan luego, causará repercusiones gigantescas. Ya la
irrupción de ISIS, con su formidable dispositivo mediático, fue determinante el
año pasado. El escenario internacional cambiará, iluso sería proyectar cuánto y
cómo, pero será otro.
En el cortísimo plazo, la derecha xenófoba europea y en
particular el Frente Nacional que lidera Marine Le Pen estarán, a su modo, de
parabienes. El ex presidente Nicolas Sarkozy ya aportó su cuota de oportunismo
irresponsable e irá por más.
Sin arrogarse dotes adivinatorias, sólo subrayando
tendencias, puede decirse que en la coyuntura se conjugan factores políticos y
económicos que alteran el contexto de los últimos años. Ninguno irrumpe de
improviso o de la nada, muchos consolidan recorridos.
Con esa salvedad, todo indica que entrarán en una nueva faz
las relaciones internacionales que cimbraron tras el atentado a las Torres
Gemelas y tuvieron una proyección determinante con Atocha. Será la que
acompañará al final de los doce años de gobiernos kirchneristas y a las
administraciones que los sucederán (de cualquier signo que fueran). También a
los demás países de América del Sur.
- - -
![]() |
Las manifestaciones en Francia fueron elocuentes |
La capacidad destructiva del capitalismo del siglo XXI está
haciendo zozobrar a lo que fue un modelo, lo que no equivale desde ya a
perfección. Tambalea, mayormente, la legitimidad de gobiernos de distinto
signo, impotentes o sumisos frente a “los mercados” para representar cabalmente
a sus sociedades. Alemania zafa del marasmo general... pero es parte o, mejor,
puntal del problema que se hace llaga en el Sur, que allá también existe.
Sociedades complejas que asumieron el reto de unificar
culturas, mercados, moneda y abolir fronteras muestran creciente proclividad a
la intolerancia con los inmigrantes que tanto necesitan, a la xenofobia y al
racismo. Ceuta, Melilla y Lampedusa son llagas de esa Europa que abomina de los
que van para ser incluidos, así sea en los márgenes. ¿Hace falta decir que son
trabajadores que buscan cobijo y no terroristas? Claro que hará falta en los
días, meses y años venideros.
- - -
![]() |
El nombre que resonó fuerte en las manifestaciones |
b) las fuerzas autonomistas o independientistas que tienen
un largo trayecto y que en promedio han recobrado fuerza ante la crisis de la
UE y sus aliados y
c) las fuerzas racistas, de extrema derechas y hasta
neonazis.
Este cuadro de situación es general y reconoce grandes
variantes o zonas grises.
- - -
La política doméstica se minimiza, pero sigue existiendo.
Unos cuantos países reniegan ahora por haber renunciado a su política monetaria
y a buena parte de su capacidad de decidir con algún grado de autonomía.
Imposible sobredimensionar los alcances de las nuevas formas
de intercambio, de los cambios copernicanos en materia de comunicación. Sin
embargo, los estados naciones siguen vigentes, máxime porque sus ciudadanos, en
sustancia, eligen “puertas adentro”. Los poderes fácticos son transnacionales,
el poder de los pueblos es básicamente local. En Grecia, se podría decir que se
vota entre la sumisión a Alemania y la troika versus un intento de una
alternativa propia, imprescindible pero no necesariamente viable.
Hay elecciones inminentes en ese querible o glorioso país,
cercanas en Gran Bretaña, prontas en España, sólo para empezar. Todas estarán
signadas por las huellas de lo sucedido ayer.
La geopolítica “tradicional” sobrevive, claro que formateada
por realidades del siglo XXI. Ucrania y Rusia es foco de otra guerra, como las
que la arrasaron en siglos anteriores.
Una zona convulsionada es ahora un epicentro de la
violencia, muchos de sus ciudadanos fueron las primeras víctimas de ISIS.
Algunos fueron victimarios.
La carencia, el odio de pobres contra pobres, un sectarismo
cultural y religioso son un preocupante caldo de cultivo. Los terroristas lo
saben y, todo induce a creerlo, especulan con eso desde sus premisas,
imposibles de compartir y en buena dosis de comprender.
- - -
![]() |
Todos somos Charlie |
Su advenimiento coincidió con diferencia de meses con el del
presidente brasileño Lula da Silva, Se desconfiaron un ratito, después leyeron
mejor. Los desendeudamientos con el Fondo Monetario Internacional fueron casi
simultáneos. Ambos encararon la Cumbre de las Américas en 2005 uniendo fuerzas
con el presidente venezolano Hugo Chávez. Eran ellos y sólo ellos frente al
mainstream regional. El bolivariano, que tenía buenas lecturas y un gran
sentido del humor, habló de los tres mosqueteros, Supieron captar que la
política internacional de Estados Unidos enfilaba, de modo preponderante, hacia
Medio Oriente, por así nombrarlo. Como con el viento de cola económico,
captaron las ventajas del momento y las capitalizaron. No al ALCA, a la
prepotencia imperial, a las recidivas del Consenso de Washington. No estaba
escrito que fuera así, fueron decisiones políticas, había otras disponibles en
las cajas de herramientas.
La potencia se apartó de América del Sur, jamás del todo. El
Departamento de Estado estuvo detrás (o delante...) de tentativas de golpe de
Estado con formatos convencionales o novedosos: contra Chávez, Evo Morales en
Bolivia, contra Rafael Correa en Ecuador. Brasil y Argentina cerraron filas,
como jamás antes, en custodia de la paz y la defensa de los sistemas
democráticos. Fueron convencidos, convincentes y muy eficaces aunque no
pudieron en Paraguay y Honduras.
La “democracia presidencial” funcionó más y mejor que los
organismos regionales. La lucha contra la pobreza fue más exitosa que la batida
contra la desigualdad. Los avances en el crecimiento superiores a los
conseguidos respecto de un desarrollo integrado. La empatía y el rumbo común de
los gobiernos, mayor que la integración más sofisticada. De cualquier forma,
los progresos son notables: se supo sacar tajada de las características de la
época, en las que convivieron con George Bush (h) y Barack Obama.
- - -
![]() |
Los lectores de la revista Charlie Hebdo |
Muchos de ellos fueron ratificados por sus pueblos en
elecciones recientes, ya afrontando dificultades económicas y desgastes. Serán
los vecinos de nuestro próximo gobierno. Quien lo ejerza deberá saber convivir
en un mundo que, seguramente, será más duro y hostil.
- - -
Tras años propicios para los términos del intercambio en
nuestra región, cae marcadamente el precio de las commodities. La baja del
petróleo es la más brutal.
La política económica de Estados Unidos, en especial la
revalorización del dólar y la previsible suba de la tasa de interés serán otros
datos ineludibles. El poder relativo se reacomodará, los países emergentes
deberán tomarlo en cuenta para reformular sus tácticas, con el poder relativo
disponible.
- - -
![]() |
Multitudinaria manifestación en el invierno parisino |
Es aventurado decir qué irá ocurriendo ahora, pero no que la
violencia es, de ordinario, una cruel partera de la historia. La sangre “llama”
a la sangre, la intolerancia a la intolerancia. Europa, otrora centro del
llamado Primer Mundo, ya transitaba una etapa tormentosa. Nada hace suponer que
un crimen terrible vaya a mejorarla. Los extremos se realimentan, no se trata
de confabulaciones, sí de similitudes.