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Radiografía del caso Nisman |
Los parámetros que se utilizan en una autopsia son los de la
distancia del disparo y el ángulo, que están estudiados a nivel internacional.
Según los trascendidos, se hablaba de que el disparo fue a menos de dos
centímetros, pero ayer la fiscal dejó en claro que fue a menos de un
centímetro, con el arma prácticamente apoyada.
En ese diagnóstico inicial que hace la fiscal, entran otros
elementos muy importantes:
- No hay marcas de pelea ni lesiones defensivas.
- En el propio baño no hay rastros de un forcejeo.
- Con la madre delante se verificó que el cuerpo de Nisman
no permitía abrir la puerta del baño –más específicamente la cabeza, explicó
ayer la fiscal–. Es decir, que era extremadamente difícil, más de película que
de la vida real, salir del baño sin dejar rastros, pisadas, arrastre del
cuerpo. Si se conseguía todo eso, luego había que cerrar casi totalmente la
puerta y enganchar el cuerpo para empujarlo hacia la entrada y que la cabeza
impida el ingreso al baño. Los peritos dijeron que es una escena casi imposible
de reproducir.
- El mismo Nisman pidió el arma con la que se efectuó el
disparo. Ya no hay dudas de que se utilizó la pistola 22 que le proporcionó
Diego Lagomarsino: la vaina se corresponde con esa arma y ayer se concluyó el
estudio final que indica que el plomo encontrado dentro del cráneo de Nisman se
corresponde con la vaina.
- La puerta principal del departamento tenía dos formas de
acceso: el código y la cerradura. Esa puerta estaba cerrada por dentro, con la
llave puesta, tal cual lo testificó la madre de Nisman, Sara Garfunkel. Ella le
avisó a la fiscalía que se llevó esa llave. Respecto de la puerta de servicio,
está claro que estaba cerrada una de las cerraduras (la Trabex de arriba) y puesta
la llave en la otra. La madre abrió la cerradura de arriba con la llave que
ella trajo de su casa, pero no pudo abrir la cerradura de abajo porque la llave
estaba puesta del lado de adentro. Esa cerradura es la que abrió el cerrajero
empujando la llave con un alambre. Esto no hace imposible que alguien haya
entrado y salido por la puerta de servicio, cerrando después por fuera. Pero
quien lo hiciera tendría que haber hecho previamente una copia de la llave,
algo improbable, aunque no imposible.
- No aparece nadie sospechoso habiendo entrado o salido de
Le Parc. Igual, se están revisando las 170 cámaras que hay en el edificio y de
las que habló también ayer la fiscal. Fein dijo que los registros de entradas y
salidas son desprolijos, de manera que van a revisar las imágenes.
- La fiscal ratificó un adelanto que hizo el jueves: que
personas de mantenimiento habían estado en el pasadizo que permite arreglar los
aire acondicionados. Se trata de un pequeñísimo pasillo a través del cual
existe un acceso también pequeño a los departamentos. Fein contó que Nisman
volvió el 12 y al día siguiente pidió la presencia de los técnicos porque no
andaban los acondicionadores. No hay rastros de que hayan abierto la chapa para
acceder por ahí al departamento del fiscal y es probable que la media huella
encontrada en el pasadizo corresponda al personal de mantenimiento.
- Por último, Fein reveló ayer que el cuerpo sufrió “espasmo
cadavérico”, es decir que de inmediato, por la cercanía del disparo, adquirió
rigidez. Eso es lo que explica por qué el dedo quedó doblado, con el ángulo
propio del accionado del gatillo.
Este conjunto de elementos llevó a la conclusión inicial,
sin ambigüedades, de que “no hubo intervención de terceros” en la muerte del
fiscal.
LO QUE SE INVESTIGARÁ
ESTA SEMANA
- Se supone que estará concluido el análisis de las llamadas
telefónicas. No sólo interesan las de última hora, sino también las de los días
previos al abrupto regreso de Nisman de sus vacaciones en Europa. El fiscal era
un allegado muy cercano al ex jefe de Operaciones de la SIDE, Horacio “Jaime”
Stiuso. Con tanta experiencia en inteligencia, parece difícil que Stiuso haya
llamado a Nisman de forma directa, pero quienes conocen al fiscal están
convencidos de que volvió por pedido del desplazado jefe de la ex SIDE. La
secuencia parece nítida. Hay vínculo entre el regreso sorpresivo; el naufragio
de su denuncia en los primeros días –incluyendo desmentida del ex jefe de
Interpol– y el trágico final de su vida.
- Es posible que esté disponible el análisis de los
contenidos de sus computadoras. Allí podrían existir elementos que expliquen la
decisión de pegarse un tiro. Si lo presionaron, en las computadoras puede haber
rastros.
- Está cantado que va a volver a declarar Diego Lagomarsino.
Es posible que lo haga mañana mismo. Habrá que ver lo que dice (ver aparte). Lo
ocurrido hasta ahora indica que le imputarán, como mínimo, el artículo 189 bis
del Código Penal, que impone de uno a seis años de prisión a quien presta un
arma a una persona que no tiene credencial de legítimo usuario.
- Como lo anunció ayer mismo la fiscal, se revisarán todas
las cámaras del edificio. Verificarán que no haya entrado ni salido nadie
sospechoso.
(Raúl Kollmann)