El experto en informática, quien
le entregó a Alberto Nisman el arma que le provocó la muerte, negó haber
mantenido una relación homosexual con el fiscal y dijo desconocer por qué no
quedaron rastros suyos en el arma.
Así lo afirmó en una extensa entrevista publicada en la edición de hoy del diario español El País, en la que no descartó ninguna de las tres hipótesis que se barajan en la investigación de la muerte del titular de la Unidad Fiscal de Investigación del atentado a la Amia, es decir la del suicidio, la del suicidio inducido y la del asesinato.
“Ahora yo siempre pienso en las
tres. Y todas se me mezclan. Cuando pienso en una, está la otra”, aseveró
Lagomarsino en la entrevista, quien indicó que dijo que, para él, Nisman no era
“un amigo” pero tampoco “un jefe”.
“Uno, cuando tiene una relación
de tanto tiempo, no es un amigo ni tampoco es un jefe”, sostuvo el informático.
Tras negar haber mantenido una
relación homosexual con Nisman dijo que lo que le molesta "es que en el
medio hay otras personas. Mis hijos son muy chiquitos, pero Alberto tiene una
hija más grande”, indicó.
Por otro lado, detalló que
conoció a Nisman “a través de un amigo común” porque el fiscal “tenía un
problema en su computadora personal” y quedaron “ligados a través de una
relación comercial”.

“Inicialmente yo iba a trabajar
para la fiscalía, pero él me dijo: 'No, vos vas a trabajar para mí'. Se habló
mucho de si yo cobraba 40.000 pesos por hacer copias de resguardo. Pero en
realidad, sistemas no es solamente hacer resguardos”, consignó Lagomarsino.
Además, contó que “Alberto no era
una persona fácil” aunque “tampoco una mala persona, al contrario”, pero “él
quería las cosas ya, en el momento” y que él era “un obsesivo del trabajo”.
“Cuando Alberto decía que no
confiaba en las dos personas (en referencia a los especialistas en informática)
que trabajaban en la fiscalía, hoy me doy cuenta de que no es que no confiara
profesionalmente, sino que era un tema de respuestas. Y si te llamo, estás”,
puntualizó.
Por otro lado, ante una pregunta
formulada por el diario, Lagomarsino explicó que había heredado el arma que le
entregó a Nisman en el 2002 “por medio de un familiar” pero que estaba “en
desuso”.
También, afirmó que desconoce
“los motivos técnicos” por los cuales no fueron hallados sus rastros en el arma
luego de afirmar que “deberían estar mis huellas”.

“Un día me muestra un expediente
y dice: 'Esta es la denuncia que estoy haciendo contra la presidenta'. Le dije:
'¿Te vas a meter contra la presidenta?' Y me dice: '¿Y vos también me vas a
empezar a decir esas cosas? ¡Estoy podrido de la gente que me dice que estoy
loco!'”, relató.
Además, Lagomarsino brindó su
mirada sobre la personalidad de Nisman: “Alberto tenía dos estados de ánimo
normalmente: arriba y abajo. Muy eufórico y a los diez minutos tranquilo. El
último día lo vi tranquilo”.
También, lo definió como “el toro
de Wall Street de Nueva York vivo”, como un “tipo con cojones”.