jueves, 5 de febrero de 2015

SAN ROMERO DE AMÉRICA, DEFENSOR DE LOS POBRES

El pueblo salvadoreño expresa su adhesión a Romero
El Papa firmó el decreto que reconoce el martirio de monseñor Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por un escuadrón de la muerte en San Salvador. Es el primer paso para la canonización.

Los que tienen sed de Justicia quedarán saciados con esta buena nueva. El arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por los escuadrones de la muerte mientras daba misa, será beato 21 años después de comenzar su proceso de beatificación gracias a que el Vaticano ha reconocido su martirio. Jorge Bergoglio lo hizo. San Romero de América estará pronto en los altares.

En efecto, el papa Francisco aprobó ayer el decreto que reconoce el martirio de Romero en odium fidei, es decir, que fue asesinado por “odio a la fe'', y que destaca que el pastor salvadoreño es “venerado como un santo en su país y en toda América latina''. Por este motivo podrá ser beatificado sin la necesidad de un milagro. Se especula que la fecha de la beatificación sería este año, posiblemente el 15 de agosto. Luego vendrá la canonización, es decir será elevado a la dignidad de santo. Un modelo a seguir.

La condición de mártir fue la que encontró más objeciones en el ala conservadora de la Santa Sede durante este proceso y acabó retrasando y obstaculizando la causa, que con la llegada del arzobispo de Buenos Aires al trono de Pedro retomó su curso.

Romero, enraizado en el corazón de los humildes
Los teólogos derechistas más recalcitrantes sostenían que beatificar a Romero habría sido como llevar a los altares a la Teología de la Liberación, corriente teológica que nació en la Iglesia católica en Latinoamérica, con cierta inspiración marxista, y que se caracteriza por colocar a los pobres en el centro de la Iglesia. Como corresponde, por cierto.

Según esta condición de mártir in odium fidei, los teólogos no juzgan la posible intención política del asesinato del arzobispo, sino el intento de llegar al amor por la justicia y la predilección por los pobres que Romero manifestaba en su idea de Iglesia.

EL PROCESO

En marzo de 1994 se abrió el proceso de beatificación del prelado y tras concluirse su fase diocesana, que redacta el informe sobre la vida, en 1997 pasó a la Congregación de la Doctrina de la Fe para que diese su autorización. El proceso vivió una fase de estancamiento y sólo en 2005 la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que continuase, mientras que con la llegada del papa Francisco en marzo de 2013 se ha vivido una aceleración a la beatificación de Romero.

El pontífice argentino ya adelantó el pasado agosto mientras regresaba de su viaje a Corea del Sur que el arzobispo de San Salvador era un “hombre de Dios'' y que no había impedimentos para su beatificación.

Monseñor Oscar Arnulfo Romero
Romero, llamado también “la voz de los sin voz'', fue ultimado el 24 de marzo de 1980 con un disparo al corazón por paramilitares cuando oficiaba misa, un día después de pedir a los militares en una homilía: “En nombre de Dios y de este sufrido pueblo les ruego, les suplico, les ordeno, en nombre de Dios, cese la represión''.

Un informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas, creada poco después de los acuerdos de paz que pusieron fin a la guerra civil (1980-1992), determinó que el autor intelectual del crimen fue el ya fallecido mayor Roberto D'Aubuisson, fundador del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que gobernó el diminuto país centroamericano durante 20 años (1989-2009).

Sin embargo, los responsables del delito no fueron castigados debido a una amnistía promulgada por el gobierno de Arena horas antes de ser divulgado el informe de la Comisión en 1993.  Romero, como muchos sacerdotes, recibió decenas de amenazas de sectores ultraderechistas que le decían a sus seguidores: “Haga patria, mate un cura''.

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