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La Convención de la UCR decidió ir con el PRO |
El sector de Cobos no pudo frenar la
propuesta de Sanz, quien será el precandidato radical y enfrentará a Macri y
Carrió en las PASO. “La Argentina necesita un gobierno que no sea conducido por
un peronista”, planteó el senador mendocino.
Luego de meses de idas y vueltas,
de declaraciones y acusaciones cruzadas, de frentes electorales que nacieron y
se derrumbaron, de horas y horas de negociaciones subterráneas, la UCR se
encaminaba anoche a sellar un acuerdo con el PRO y la Coalición Cívica para
competir en un mismo frente en las primarias abiertas y simultáneas de agosto.
“La Argentina necesita de una vez un gobierno que no sea conducido por un
peronista”, sentenció eufórico el titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz, al
defender su posición en la Convención partidaria y ratificar su decisión de
competir contra Mauricio Macri y Elisa Carrió. El sector de Julio Cobos, que
impulsaba la idea de hacer un “acuerdo amplio” –incluido también al Frente
Renovador de Sergio Massa–, estaba resuelto a sostener su posición hasta el
final, pero reconocía que sería derrotado: “Esta es una alianza chica y
mezquina que no tiene en vista los intereses del país. Me niego porque lo que
está en juego es la soberanía política de la UCR”, disparó el senador Gerardo
Morales, quien advirtió sobre los riesgos para la gobernabilidad y la debilidad
que enfrentaría un eventual gobierno surgido de una coalición que excluya a un
sector del peronismo no kirchnerista. Antes de la votación, el propio Cobos
aseguró que el candidato del partido debía ser quien represente la política de
alianzas aprobada la Convención. “Si la propuesta es la de Ernesto, él tiene
que ser el candidato”, afirmó.
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Un victorioso Ernesto Sanz con su propuesta PRO |
“Esta Convención es distinta
hacia adentro y hacia afuera (de la UCR). Hoy la sociedad cambió, la palabra no
es más resistencia sino volver al poder, no es más continuidad sino cambio”,
aseguró Sanz para iniciar su exposición. El titular del Comité Nacional
defendió el acuerdo con el PRO mientras afuera sectores minoritarios de la
juventud lo acusaban de traidor, de entregarle el partido a la “derecha”. “Los
acuerdos tienen que ser protagonizados por partidos que no han sido parte del
kirchnerismo”, exclamó Sanz mientras iba subiendo de tono y dijo que “el
republicanismo puede derrotar al populismo”. El mendocino advirtió que la UCR
era el único partido federal de Unen y que ese espacio “era necesario pero no
suficiente”. Sin embargo, aseguró que el “acuerdo amplio” que defendía el otro
sector “puede ser un ideal loable, pero no es fácil y sobre todo muy peligroso,
porque podemos quedarnos afuera”. “Si seguimos por ese camino, de un acuerdo
amplio e irrealizable, nos quedamos sin acuerdo, ni amplio, ni estrecho.
Estaremos condenados a la irrelevancia”, remató. No le faltaron dardos concretos
contra Sergio Massa: “Los argentinos no van a entender que la salida al
kirchnerismo va a ser liderada por alguien que viene del kirchnerismo”,
sostuvo. Tratando de responder las críticas que vendrían después, aseguró que
los bloques parlamentarios de la UCR serán “una garantía indestructible” para
evitar que “nadie nos lleve de las narices”. “La forma de combatir este riesgo
es ir a la primaria con un candidato radical”, completó Sanz, ratificando su
postulación y desestimando explícitamente las versiones que lo señalaban como
el vice de Macri.
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Ricardo Alfonsín, no suscribió la propuesta de Sanz |
A su turno, Cobos también expuso
esa postura: “Nosotros no queremos adherir a otros espacios, queremos convocar
a todos los espacios. Y que no nos impongan condiciones”, afirmó. En la misma
línea se expresó Alfonsín: “Con este acuerdo no seremos columna vertebral de
una coalición. Vamos a ser socio minoritario. No ocultemos con retórica la
realidad de los hechos”.
Mientras en Gualeguaychú
continuaban los discursos hasta altas horas de la noche, la noticia de este
cambio radical en la política de alianzas ya empezaba a producir los primeros
ecos en el escenario político de la oposición, que tenía a Massa como principal
perjudicado y a Macri celebrando la incorporación del nuevo socio.
EL NUEVO ESCENARIO DEL
RADICALISMO
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Julio Cobos no pudo frenar a su coterráneo |
Más allá de los movimientos
internos que se desarrollan antes de cada elección, la convención de
Gualeguaychú puso sobre la mesa el agitado y heterogéneo reagrupamiento que se
produce en el seno de la UCR en torno de su identidad política. Pero lejos de
fundarse en cuestiones ideológicas, que en otras épocas supieron llegar a
conformar las grandes líneas nacionales como el Movimiento Renovación y Cambio
o la Línea Nacional, las urgencias territoriales y las necesidades personales
tallaron fuerte en las nuevas afinidades partidarias. La grieta llegó al tándem
Sanz-Morales, que había logrado frenar el avance de Julio Cobos en su momento
de mayor popularidad por el voto “no positivo”. Entre ambos le habían obturado
la candidatura presidencial, impulsando a Ricardo Alfonsín como emergente de un
segundo alfonsinismo, desencadenado tras la muerte del ex presidente. Ya en
aquel momento, Sanz se abrió de aquel bloque, presentando su propia candidatura
en 2011. Sin embargo, a poco de andar volvió al llano con la promesa de tomar
impulso hacia 2015. Con la derrota electoral de Alfonsín, que se alió en Buenos
Aires con Francisco De Narváez y sólo sacó el 11 por ciento de los votos para
presidente, la incipiente estructura de centroizquierda que se había armado
bajo su figura se desarticuló. En 2013, Morales y Sanz se repartieron la
presidencia del Comité Nacional y los bloques de diputados y senadores
nacionales, relegando a un Cobos que había salido victorioso de su elección
como diputado nacional en Mendoza.
En este contexto, y tras el
boicot interno y las presiones externas sobre Frente Amplio Unen, la elección
presidencial de 2015 llega para la UCR sin ningún candidato competitivo a nivel
nacional y con serios riesgos de perder buena parte de su fuerza parlamentaria,
a punto tal de poder quedarse sin la segunda minoría en ambas cámaras. Los
detractores del acuerdo con el PRO sostienen que el jefe de Gobierno eclipsará
al radicalismo, dejándolo definitivamente fuera de carrera en el plano
nacional. Por el contrario, los que apoyan el frente con el macrismo para
competir en las primarias insisten en que será una forma de recuperar terreno
en cuanto a gobernaciones e intendencias, que mantendrán la fuerza legislativa
tras negociar lugares en las listas con el PRO. Además, confían en que la
disputa en las PASO les servirá para posicionarse y, en última instancia,
ocupar un lugar relevante en un eventual gobierno macrista. La definición ya se
tomó anoche en Gualeguaychú, cuál de los sectores acertó en su análisis sobre
el futuro partidario, lo decidirá la historia.
(Página 12)