Durante el encuentro se planteó el tema de los despidos y la desactivación de programas vinculados con áreas de derechos humanos, la detención de Milagro Sala, los dichos de Darío Lopérfido y la paralización del Congreso, mención que hizo enojar a Peña.
Por Alejandra Dandan
Con algunos momentos de tensión,
se realizó en la Casa Rosada la reunión entre representantes de organismos de
derechos humanos y el jefe de Gabinete, Marcos Peña. El encuentro duró
aproximadamente una hora. Los miembros de los organismos de derechos humanos
presentaron al Ejecutivo un documento consensuado de cuatro puntos que recorre
las preocupaciones que escalaron en el último tiempo: desde la desactivación de
programas vinculados a políticas de Memoria, Verdad y Justicia y los despidos
del área, hasta la represión a la protesta social y el encarcelamiento de
Milagro Sala. El texto incluye una mención sobre las puertas cerradas del
Congreso de la Nación y el dato de que la falta de debate “remite a períodos a
los que los más de 40 millones de argentinos ya dijimos `Nunca Más`”. Ese dato
hizo enojar al jefe de ministros.
Peña recibió a los organismos de
derechos humanos en una mesa en la que sentó al ministro de Justicia, Germán
Garavano y al secretario de derechos humanos, Claudio Avruj. Escucharon,
respondieron punto por punto, pero justificaron cada decisión y no dieron
señales de cambios. En el encuentro no hubo ni compromiso ni señales de
revisión de medidas. Los miembros de las organizaciones de derechos humanos
incluyeron un pedido para que el secretario de Cultura porteño, Darío
Lopérfido, haga una disculpa pública por su discurso acerca del número de los
desaparecidos, el único punto que el jefe de ministros casi que reconoció como
posible error.
“Nos fuimos preocupados porque
vimos que muchas de las cosas que planteamos no tienen vuelta atrás”, explicó
Carlos Pisoni, de HIJOS, a Página/12. “Vimos que muchas de las medidas que
están tomadas no tienen vuelta atrás, pero así y todo manifestamos que estamos
dispuestos a seguir dialogando para resolver conflictos como el de Milagro Sala
e interceder como garantes en situaciones de conflictividad porque, como les
dijimos, cuando vemos que hay despidos, ajuste y represión eso termina con
muertes.”
![]() |
Estela Carlotto hablando con los periodistas |
Carlotto abrió la reunión con
algo de humor, pero para dejar claro que consideran un desplante la ausencia
del Presidente. “Todos los presidentes de la democracia nos recibieron. Macri
no. Pero nos recibe Peña que es más lindo que Macri”, dijo al empezar.
A continuación, se planteó el
documento La continuidad de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia de
parte del Ejecutivo; el compromiso de persecución a militares y civiles; la
búsqueda de prófugos y los programas que sostienen esas políticas dentro del
Estado. Sobre ese punto, las representantes del CELS señalaron “la preocupación
por los despidos de trabajadores en áreas sensibles para los juicios de lesa
humanidad como el Programa Verdad y Justicia y el Centro Ulloa”. Palmas Zaldúa
explicó que también manifestaron que era muy importante sostener la continuidad
de las unidades de búsqueda de información de los ministerios de Defensa y
Seguridad y de los mecanismos de control de ascensos militares, una herramienta
de la que el CELS participa desde la reapertura democrática y que permite
separar del Estado a personas vinculadas a violaciones a los derechos humanos
tanto en dictadura como en democracia.
El derecho a la protesta social,
la represión y la detención de Sala quedaron planteados enseguida. También la
desactivación del Congreso.
“Fue una reunión extensa en la
que se tocaron todos los temas”, dijo Almeida de Madres. “Planteamos que la
detención de Milagro Sala no sólo es ilegítima sino que tiene el peligro de ser
la primera presa política, pero ellos respondieron que eran respetuosos con el
federalismo de las provincias y con el poder judicial. Lo mismo después dijeron
de los despidos. En pocas palabras, fue como escuchar un cassette.”
Carlotto logró hacer enojar a
Peña cuando habló de la toma de decisiones con las puertas cerradas del
Congreso. “¡¡Nos comparan con la dictadura!!”, saltó el jefe de gabinete,
palabras más o menos. La presidenta de Abuelas le pidió, entonces, que no se
ofenda por una palabra y recordó que el Presidente habló de “curro” (de los
derechos humanos) y sin embargo ellos estaban sentados allí.
El CELS dejó tres carpetas: la
comunicación de las medidas cautelares que pidieron a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos junto Amnistía Internacional por la
detención de Milagro Sala y la preocupación de la criminalización de la
protesta; las observaciones del CELS a los candidatos a la Corte Suprema y una
copia del documento firmado por referentes de distintas extracciones políticas
a la declaración de emergencia en seguridad.
Fuente: Página 12
Ver video de Telam con declaraciones de Estela a la prensa
Fuente: Página 12
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