Cómo trataron los medios oficialistas el encuentro de 22 minutos del Presidente Mauricio Macri con el Papa Francisco.
La expresión del Papa fue elocuente y la distancia con el Presidente de la Nación quedó expuesta ante la prensa de todo el mundo que también destacó la frialdad del Santo Padre. En nuestro país, la prensa oficialista trató de maquillar la información.
La expresión del Papa en la
totalidad de las fotos difundidas lo dicen todo: la relación con Macri no es
buena y empeoró desde que accedió a la Presidencia y diseñó un modelo económico
de exclusión.
En Clarín, Sergio Rubín admite
que no hay "onda", pero después asegura que es porque el macrismo
intenta construir una relación más "institucional". Dice: "Es
verdad que nunca hubo una gran empatía entre Jorge Bergoglio y Mauricio Macri.
Pero no puede pensarse que un Papa pueda dejarse llevar por la mayor o menor
sintonía con un presidente, aunque ello incida de alguna manera en el vínculo.
Por lo pronto, el hecho de que la reunión haya sido en un marco más formal está
en sintonía con el deseo del Gobierno de construir “una relación institucional”
con el Vaticano, como lo viene repitiendo la canciller Susana Malcorra".
Para Clarín entonces, ¿la reunión
fue negativa? No "Quiere decir que Francisco y Macri “resetearon” la
relación", aseguró Rubín.
Pero no sólo Clarín intenta
remontar el barrilete de plomo en que se convirtieron las fotos con el Papa,
también lo hace Infobae.
"Sin circo", dijo a
Infobae una fuente allegada al Papa. Es lo que se vio ayer, por eso la
delegación argentina se mostró conforme con la reunión, que salió
"bien", según lo esperado, porque se apuesta a una relación menos
emotiva y más institucional, con vínculos personales que se irán construyendo
con el tiempo, a través de distintas iniciativas que empezarán a
explorarse", escribió Silvia Mercado en una columna titulada: "Cómo
desperonizar a un Papa argentino". En la columna, como era de esperarse,
se plantea que el peronismo es la cuna de todos los males.
En La Nación, Joaquín Morales
Solá no desmiente que la reunión haya sido mala por el solo hecho de que fue un
éxito total: "¿Existió esa distancia? El problema fue la comparación con
los amores tan aparentes como estridentes del cristinismo con el Pontífice. Ni
el Papa estaba dispuesto a seguir en el tren del amiguismo argentino, que
sobreactuó la ex presidenta, ni Macri, por sus propias razones, quería imitar a
Cristina Kirchner"
Morales Solá pidió también que no
se interprete el regalo de Francisco a Milagro Sala como algo político, es
"sólo religioso", algo que resulta imposible de creer.
En La Nación otra columna pidió
no detenerse en el "body language" del Papa, con una notable cara de
fastidio, eso no importa: "Por primera vez en la historia, el protocolo
del Vaticano dejó entrar a un presidente católico junto a su esposa no casada
por la Iglesia en una visita oficial al Papa". ¡Notable gesto del Papa!
Al final, la única sincera fue
Elisa Carrió quien cargó con todo contra Francisco a pesar de su ferviente
catolicismo: "El papa Francisco no ayuda a pacificar el país".
Carrió entiende por
"pacificar" a la domesticación de los sectores populares que deben
acompañar sin protestar un gobierno de empresarios que propone destrozarles su
poder adquisitivo. El macrismo no hace más que profundizar la grieta material
entre una parte de la sociedad y la otra, la grieta política existe en todos
los países del mundo.
"Bergoglio no ayuda a
pacificar el país: empodera violentos. Me refiero a Milagro Sala y a Guillermo
Moreno", lanzó y agregó: "se rodea de esos personajes mediocres y
hace muy bien el juego de fotos".
Al final, la única sincera fue
Lilita, el juego de fotos fue lapidario para Mauricio Macri un Presidente que
encarna mejor que nadie, la economía de la exclusión: "Esa economía
mata", había asegurado Francisco en uno de sus textos. Eso explica el
rostro y la frialdad del Sumo Pontífice.
Fuente: Enorsai