El rol del periodismo, la
importancia de los medios y el caso de censura a Víctor Hugo Morales, en la
siguiente entrevista.
Considerando lo que pasó con 678, Radio Nacional, Víctor Hugo en Continental, ¿cómo ves la libertad de expresión en Argentina con el nuevo gobierno?
Yo creo que son tres hechos que
están dentro de un mismo contexto. Hay una decisión política de afectar la
libertad de expresión. Frente al escenario del ballotage, había dos modelos diferentes,
uno de representación popular y otro de representación empresarial, algunos
pensaban -no era mi caso- que la derecha que proponía Macri era una derecha
democrática, una derecha liberal, pero en el marco de la democracia porque
ellos se presentaban así. Ellos llegan al gobierno con una legitimidad del 51%,
un empate casi técnico pero en el ballotage se gana o se pierde con un voto, y
ellos se presentaban con los parámetros de la institucionalidad. Estaba claro
lo que iban a hacer en cuanto a medidas económicas y eso finalmente se cumplió.
¿Cuáles fueron esas medidas?
Sus primeras medidas de gobierno
fueron megadevaluación, transferencia de recursos a los sectores más
concentrados -no hacia los ricos, si no hacia los ricos más ricos-. Es decir,
una fenomenal transferencia de recursos. También hubo apertura de importaciones.
Muchos ya sabíamos que para que esa ecuación cerrara, tenían que desmantelar el
Estado, no sólo lo que ellos llaman achicar el gasto, sino algo más grave, como
lo que vienen haciendo. Pero no sabíamos que iban a pisotear ellos mismos la
propia legitimidad lograda. Algunos creían que era una derecha democrática que
se iba a manejar dentro de la representación empresarial, pero también dentro
de las tensiones de la democracia, pero no, es unan derecha pura y dura, la
derecha que nunca gobernó en la Argentina por los votos, sino por golpes de
Estado. Ahora estamos en una dictadura mediática, en una dictadura económica,
pero con los mismos métodos: empezar a gobernar por decreto. Y Claro, ahora la
ecuación cierra, primeras medidas de transferencia fenomenal de recursos a los
sectores más ricos de la Argentina -en Punta del Este se vivió uno de los
mejores fines de año en una década porque la ecuación de transferencias fue
fenomenal-.
En contraposición con las
temporadas en Mar del Plata y el resto de la costa atlántica…
Sí, afectando principalmente a
las clases medias. Nosotros también nos equivocamos en esto: yo pensaba que iba
a impactar primero en los sectores más vulnerables. No, fue uniforme el
impacto, impactó de lleno en la clase media porque justamente, en el nuevo
gobierno de Macri no están tensionados por ningún campo popular. Y pareciera
ser como si cumplieran un mandato. Entonces ellos entraron e hicieron esta
fenomenal transferencia, eso lo paga la clase trabajadora, pero los primeros
trabajos que pusieron en riesgo fueron los empleos públicos. Cada gobernante
sabe con qué tensión va a convivir. Néstor Kirchner y Cristina decidieron no
convivir con la tensión del desempleo. Pareciera ser que esta derecha se maneja
a la inversa: lo primero que hicieron fue multiplicar el índice de desempleo.
Ellos entraron al gobierno hablando de pobreza cero, pero ya crearon un millón
de pobres. Están generando una crisis en un país que no estaba en crisis. Pero,
reitero, es la única manera que cierra esa ecuación. Y, para completar eso, la
transferencia de recursos, el empleo público que paga esa transferencia de
recursos, esos miles y miles de despidos llevan alrededor de 40 mil. Hay un
decreto de este Ministerio de Modernización que va a revisar, además, 70 mil
contratos.
Las primeras medidas de Macri
fueron megadevaluación, transferencia de recursos a los sectores más concentrados
-no hacia los ricos, sino hacia los ricos más ricos-. Es decir, una fenomenal
transferencia de recursos. También hubo apertura de importaciones. Muchos ya
sabíamos que para que esa ecuación cerrara, tenían que desmantelar el Estado,
¿Cómo vinculás, entonces, eso con
la situación que enfrentan algunos periodistas?
![]() |
Cynthia García, Carlos Barragán y Luciano Galende |
Siempre tuvieron cobertura
mediática, pero ahora la idea es híper concentrar los medios lo máximo que sea
posible, para que la ecuación cierre con la menor cantidad de voces que estén
planteando las cosas como son.
En este sentido, entrarían todos
los cambios y quitas que le hizo el gobierno de Macri a la Ley de Medios, ¿no?
En realidad la ley de medios está
derogada de hecho. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que fue una
ley votada por el Congreso con todo el arco político -porque la votó no sólo el
oficialismo-, y también fue convalidada por la Corte Suprema de Justicia en
audiencias públicas, este gobierno la derogó. La relatoría de libertad de
expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tenía reparos con
la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, no con la
ley, sino con la aplicación de servicios. Y es verdad, al respecto se pueden
pensar en críticas a cómo fue hecha la aplicación. No quiero imaginar qué va a
pensar sobre una derogación de esa la ley. Como consecuencia de eso, se generó
este engendro que es el ENACOM, porque esa derogación eliminaron las
autoridades de aplicación de dos leyes, no sólo de la ley de medios, sino
también de Argentina Digital, Afsca y Aftic.
¿Qué consecuencias trae eso?
En los hechos prácticos implica
que para disciplinar y silenciar haya listas negras. Y en la Argentina
inéditamente pasa lo que no pasaba hace treinta años: hay listas negras, yo soy
parte de esas listas negras. Perdí los tres trabajos que tenía y te aseguro que
por bastante tiempo no me van a contratar en ningún lado, porque los personajes
mediáticos en este reacomodamiento con respecto a la pauta y con respecto a los
cien primeros días de cualquier gobierno, lo que está haciendo es usándonos
como moneda de cambio; por ahora, tenemos que ser inteligentes, creativos,
buscar nuevas vías de comunicación. Yo abrí un canal de Youtube, de Facebook,
una página web, porque lo que seguro hay es un público que quiere escuchar
estas voces que están siendo silenciadas.
Te iba a consultar al respecto
sobre las estrategias que están usando muchos periodistas, como es tu caso.
Víctor Hugo también empezó a moverse activamente por las redes sociales como
vía de expresión. Y también hay un giro del público, que se vuelve más a
grupos, a páginas de Facebook u otras redes sociales.
Yo no creo en la comunicación en
términos del mercado, pero si uno piensa en los términos del mercado, lo que le
sobra a este espectro de voces silenciadas es audiencia. Yo estoy en este
momento con flujos de audiencia en Facebook y en Youtube, sobre todo en
Facebook que ahí se concentra este tipo de comunicación, con mayor audiencia
que un programa de radio promedio. Eso habla de que si pensáramos la
comunicación como ellos la proponen, es decir en términos del mercado,
audiencia no nos falta, con lo cual, que no estemos al aire no es por una
cuestión de audiencia. Ellos se contradicen muy fuertemente en ese punto.
Porque hablan de una escala económica. Oscar Aguad, al que le dicen “El
milico”, y no estoy usando un término peyorativo sino que le dicen así, es el
ministro de Comunicación, que es, a la vez, el que preside este engendro del
ENACO, dijo que la comunicación iba a tratarse “en los términos del mercado”.
Si fuera así, nosotros tendríamos que estar al aire, porque el mercado y el
público no nos falta.
En la Argentina inéditamente pasa
lo que no pasaba hace treinta años: hay listas negras, yo soy parte de esas
listas negras. Perdí los tres trabajos que tenía y te aseguro que por bastante
tiempo no me van a contratar en ningún lado, porque los personajes mediáticos
en este reacomodamiento con respecto a la pauta y con respecto a los cien
primeros días de cualquier gobierno, lo que está haciendo es usándonos como
moneda de cambio.
Fuente: Gustavo Yuste - El Ciudadano - Argentina
* Cynthia García es una periodista con más de 20 años de
trayectoria en los medios nacionales. Es titular de la Cátedra Periodismo de
Investigación en la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La
Plata. De 2013 a 2015 condujo “A cara lavada”, el programa de la
primera mañana de Radio Nacional. Fue columnista política de “La mañana de
Víctor Hugo” en Radio Continental y panelista del programa “678” en la TV
Pública.