jueves, 2 de noviembre de 2017

ADIÓS A UN TROVADOR LATINOAMERICANO


Daniel Viglietti fue el referente de las generaciones que buscaron un canto libre. En su guitarra, voz y poesía pudo resumirse el ideario de un artista único.

Nos visitó en Santa Fe para marzo de este año y nos impactó con su voz inalterable en un recital en el que se brindó con su potencia de trovador. Fue un encuentro imborrable de este cantor imprescindible. Reproducimos a continuación la nota que escribió Santiago Giordano en Página 12.

"Ayer, lunes 30 de octubre, a los 78 años, murió Daniel Viglietti, una de las voces cardinales del canto popular uruguayo y de la canción americana. Murió mientras era sometido a una intervención quirúrgica en Montevideo, la ciudad donde nació en 1939 y donde había regresado tras la ignominia del exilio de los años de la dictadura, que transcurrió primero en Argentina y luego en Francia entre 1973 y 1984. 

Autor inspirado y enérgico, cantor de voz profunda y firme, guitarrista de notables recursos, Viglietti es por sobre todo el creador de canciones instaladas decididamente en la memoria latinoamericana. “A desalambrar”,” Gurisito”, “Milonga de andar lejos”, “Yo no soy de por aquí”, por ejemplo, son temas que la historia siempre devuelve, cuando la realidad reprograma alguna de las formas de la infamia. Musicalizó además poemas de Nicolás Guillén, Federico García Lorca, Rafael Alberti, César Vallejo, Líber Falco y Mario Benedetti. En más de medio siglo de permanencia en los lugares selectos de la canción de autor latinoamericana, su obra logró una importante proyección mundial. Mercedes Sosa, Víctor Jara, Amparo Ochoa, Isabel Parra, Joan Manuel Serrat, Alí Primera, Chavela Vargas, Soledad Bravo, Leo Maslíah, Fernando Cabrera y Tabaré Rivero, por nombrar sólo algunos, rindieron tributo a la justa perfección de varias de sus canciones.

Viglietti nació en una familia de músicos. Con veintipico de años, que Viglietti comenzó una producción febril como autor, compositor e intérprete, además de trabajar como docente, locutor de radio –oficio que también había sabido cultivar Alfredo Zitarrosa– y periodista. Eran los años en los que el pensamiento progresista uruguayo se enfilaba en el semanario Marcha, cuyo secretario de redacción era Juan Carlos Onetti y donde escribían, además del mismo Viglietti,  Mario Benedetti, María Ester Gilio, Ángel Rama, Mario Vargas Llosa, Manuel Maldonado y los hermanos Denis y Roberto Fernández Retamar, entre otros. En su primer disco está “Canción para mi América”, esa que dice “Dale tu mano al indio, dale que te hará bien”, el primero de los temas perdurables de un cantautor comprometido con la realidad, desmesurado en una rabia que expresaba con equilibrada belleza.

Rodolfo Paolantonio y el editor de Agenda eh!, Daniel Dussex
junto a Viglietti luego del recital en Santa Fe.
De ahí en más su personalidad artística se desarrolló en cinco discos hasta 1972, año en el que la represión a los movimientos libertarios se hizo intensa y planificada en toda Latinoamérica, y en Uruguay culmina en el golpe cívico militar de junio de 1973. Viglietti cayó preso. Su detención despertó una campaña de reclamo por su liberación que fue impulsada por personalidades de la cultura y la política a nivel internacional como Jean Paul Sartre, François Mitterrand, Julio Cortázar y Oscar Niemeyer, entre otros. Liberado, partió hacia el exilio, del que regresó en 1984. Edita obras nuevas, entre ellas Trabajo de hormiga (1984) y A dos voces, con Mario Benedetti (1985), además de reeditar por el sello Ayuí / Tacuabé los discos anteriores a la dictadura, tarea que terminó recién en 1999, cuando después de un largo juicio pudo recuperar los derechos sobre los fonogramas que habían pertenecido al sello uruguayo Orfeo y absorbidos por empresas multinacionales.

Nota completa: https://www.pagina12.com.ar/72787-guitarra-voz-y-poesia-para-resumir-a-un-artista-unico

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